Caminantes: Salva, Joaquina, José María, Julio y yo misma.
Maqueta del antiguo refugio de Ull de Ter. Esta maravilla de edificio ahora ya está totalmente en ruinas y se ha construido uno nuevo. |
Esta salida la teníamos planeada desde hace mucho tiempo. Pero no había manera de encontrar un día que nos fuera bien a todos y se nos acababa lo que considerábamos el buen tiempo para hacerla.
Así pues, decidimos que, sí o sí, tenemos que ir este domingo.
Las previsiones del tiempo no son muy buenas. Pero se trata de un temporal de lluvias de levante que afectará la costa, y en esta zona del Pirineo está previsto que, si llueve, lo hará por la tarde.
Peeeero...... La montaña es así...
Parte de los valientes expedicionarios. Yo soy la fotógrafa... |
Nosotros, valientes y osados, preparamos la salida. En previsión, y conociendo los cambios de tiempo que se pueden producir en pocos minutos en la montaña, procuramos llevar buen equipo.
Llegamos a la estación de esquí de Vallter 2000 y aparcamos los coches al final de todo y a la derecha, pasando junto al último edificio, iniciamos el sendero que nos tiene que llevar al primero de nuestros objetivos: la Portella de Mentet.
El sendero sube en zig-zag junto al Torrente de la Portella. Vamos ascendiendo en una subida bastante pronunciada pero cómoda, hasta llegar a la Portella de Mentet.
De momento el día es bastante soleado. Sólo algunas nubes bajas que de vez en cuando se empeñan en tapar algunas de las cimas.
Portella de Mentet |
En la Portella de Mentet hay un cruce de caminos. Nosotros giramos hacia la izquierda y enfilamos un sendero que sigue ascendiendo en dirección al Pic de la Dona.
Parece que el día aguanta, y las vistas son espléndidas. |
Desde el Pic de la Dona, de 2704 metros de altura, las vistas son impresionantes. Coll de la Geganta, Bacivers, Esquena d'Ase, Bastiments, Gra de Fajol... Y una bellísima vista del Canigó.
Con el majestuoso Canigó de telón de fondo... |
Por aquí sopla un viento bastante desagradable. Y las nubes empiezan a cubrir algunas cimas... No sé, no sé...
Pic de la Dona |
Al abrigo de un muro de piedras comemos un poco para recuperar fuerzas y reanudamos la marcha.
Descendemos un poco, pasamos por el Puig d'Ombriaga y llegamos al Coll de la Geganta.
Desde aquí y por un sendero que sale por nuestra derecha, iniciamos un suave descenso hacia el Estany de Bacivers.
Oh, oh.... El tiempo hace un cambio brusco. Nos envuelve la niebla, lloviznea y el viento arrecia.
Llegamos al Estany de Bacivers, muy menguado en este tiempo, por cierto, y empezamos a ponernos los equipos de agua. La persistente llovizna con el viento nos está dejando empapados.
Estany de Bacivers. Muy menguado y con la lluvia mojando el objetivo de la cámara... |
Dejamos el Estany de Bacivers, pasamos junto a una barraca de piedra y justo al lado de ésta iniciamos el ascenso al Pic de Bacivers.
Barraca de piedras. |
La subida es dura, el camino está lleno de grandes piedras, pero paso a paso llegamos a la cima.
Aquí ya vemos que el tiempo nos la ha jugado. Sacamos toda la artillería en cuanto a equipos de agua y nos tapamos bien. No llueve mucho, pero con el fuerte viento la sensación de frío es muy acusada. Y la espesa niebla nos oculta las espléndidas vistas que, en un día claro, se pueden apreciar desde este sitio.
Sin perder tiempo y un poco preocupados por el brusco cambio de tiempo, seguimos adelante, cresteando en dirección a Bastiments.
En estos momentos el tiempo es infernal. El viento es tan fuerte que en algunos momentos tenemos que agacharnos y agarrarnos a las rocas para que no nos tire montaña abajo. Nos sigue envolviendo la espesa niebla, no para de lloviznear y la sensación de frío es muy acusada.
Bastiments. A partir de aquí ya se nos hace imposible seguir haciendo fotos por la lluvia. |
Pero llegados a este punto lo único que podemos hacer es seguir adelante sin detenernos e iniciar el descenso lo más rápido que podamos.
Seguimos por la cresta e iniciamos el ascenso a Bastiments por grandes bloques de piedra. Nos detenemos lo justo para hacer un par de fotos (testimonio de que sí hemos estado ahí), comer un par de galletas y beber agua, y empezamos a descender. Primero por las grandes piedras y luego por sendero, hasta el Coll de la Marrana.
Es tarde y tenemos hambre, pero es impensable detenerse a comer a campo abierto con el tiempo que hace. Ya lo haremos cuando lleguemos a los coches.
Deseando llegar a un sitio más confortable empezamos a bajar, primero por sendero en cómodo zig-zag, hasta que llegamos a una pista y por ella a los telesilla. Y por ahí seguimos descendiendo hasta la estación de esquí, donde tenemos los coches.
Nos cambiamos las ropas más mojadas, ponemos la calefacción y recuperamos las fuerzas con la comida, ahora al menos a cubierto.
No pensábamos que pudiera acabar así. Esperábamos que el mal tiempo llegara a partir de media tarde. Pero la montaña es así. Imprevisible, y nos ha demostrado que, aquí, quien manda es ella...
En fin, habrá que volver a programar esta salida, tal vez en verano, y esperar que se nos permita disfrutar de las maravillas que este entorno nos puede ofrecer.
Debo decir que, a pesar de todo, he disfrutado con esta salida. Ha sido una experiencia... diferente, que he compartido con unos buenos amigos.
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