Presentación del blog

¡Saludos a tod@s!

Como su mismo nombre indica, este blog está destinado a recoger, paso a paso, todas mis salida, excursiones, rutas y viajes. Siempre a pié. Pequeñas escapadas, visitas a pueblos, rutas cortas, largos recorridos... Pero siempre a pie.

Mi idea es dar a conocer y compartir con todos mis lectores esos maravillosos rincones que muchos desconocemos y pasamos por alto, cuando están ahí, muy cerca de nosotros. O no tan cerca...


jueves, 25 de diciembre de 2014

LA CELLERA DE TER - Ruta de les Pedreres

Ruta realizada el día 13 de diciembre de 2014, con Amics de l'Entorn de la Cellera de Ter, equipo de Caminant per Catalunya y yo misma.
Recorrido: 9'1 km con unos 340 metros de desnivel.
Es una ruta circular muy bien señalizada con marcas blancas y verdes de sendero local, el SL C-9
No es complicada ni difícil, diría que es apta para todos. Sólo a tener en cuenta algunos tramos con el desnivel un poco más acusado.
Los caminantes

Transcurre por la vertiente oriental de la montaña de Puigdefrou y por el llano de la Cellera de Ter.
Pasa por pequeñas canteras, ahora ya en desuso, donde aun se pueden ver sus paredes verticales, básicamente de granito o mármol y las escombreras con los restos del trabajo de extracción.
También podemos contemplar un precioso contraste de paisajes, puesto que coinciden la plana del Ter con el Massís de les Guilleríes.

Parajes de gran belleza

Os comento muy brevemente la historia de esas canteras.
A mediados del siglo XIX, en la Cellera de Ter y alrededores, se lleva a cabo la explotación de canteras de granito y, en menor cuantía, de mármol, siguiendo el impulso colectivo de la época de encontrar y aprovechar los minerales que la nueva industrialización necesitaba.
La producción de estas canteras funcionó regularmente durante unos 100 años, generó una fuente de riqueza cuando no había más trabajo que el del bosque o el campo, y fue determinante a la hora de construir una nueva estación de tren en el Pasteral
La Cellera de Ter

Iniciamos nuestra ruta de hoy en el Parc de la Ruira. Empezamos recorriendo parte del pueblo de la Cellera de Ter, por lo que podemos disfrutar de la belleza de algunos estrechos callejones y algunos elementos arquitectónicos, como la iglesia de Santa María de Sales.

Santa María de Sales

Esta iglesia quedó muy afectada por los terremotos que tuvieron lugar en esta zona durante el siglo XV (Desconocía esos terremotos y que hubieran sido de tal magnitud. Prometo documentarme y ofrecer información al respecto)
Del antiguo edificio románico sólo queda la base cuadrada del campanario.
Es de estructura gótica y fachada barroca muy sencilla. Destaca el porche de acceso, con columnas de piedra y cubierta de madera.
A la salida del pueblo encontramos en Safareig de la Canal, un lavadero público construido en 1929. En estos lavaderos se reunían las mujeres y la chiquillería para lavar la ropa y para comentar todos los chismes del pueblo.

Safareig de la Canal

Dejamos atrás el pueblo y empezamos a ascender por el bosque hasta la primera de esas canteras, la de Lavadona.
De esta cantera, entre 1920 y 1930, se extrajo principalmente granito para lápidas de cementerio que se exportaban a Alemania.

Seguimos nuestra ruta y no tardamos en llegar a la segunda cantera:la de l'Esquei d'en Pujol.
De esta pequeña cantera se extraía granito para la fabricación de adoquines y material viario que aun está presente en algunas calles de Girona.

Un poco más adelante está la de la Font de L'Arç.
En realidad son dos canteras que se encuentran muy cerca la una de la otra. De aquí también se extraían adoquines, que eran cargados en las alforjas de los mulos y transportados hasta la estación de tren con destino a Girona. Los restos de esos adoquines sirvieron para arreglar la carretera local entre Anglès y la Cellera de Ter.

Paredes verticales con evidente rastro de las extracciones de piedra.

Un poco más adelante tenemos la opción de desviarnos hacia la cima del Puigdefrou, pero lo dejamos para otro día. Seguimos con las canteras.
La siguiente es la Palomera. Esta fue la más productiva de todas. El ella trabajó mucha gente, entre 1900 y 1930. El transporte del material hasta la estación de tren, primero se realizaba con mulos, al final con carros de payés.

La última de las canteras, la de Colldegria, es en realidad un grupo de cuatro. Principalmente se extrajo mármol, que luego era triturado en el Molí del Mas Moner. También se extrajeron pequeñas cantidades de feldespato, para la fabricación de vidrio.
No se conoce la fecha exacta del inicio de la actividad en esas canteras, pero a finales de 1988 se dejó de trabajar en ellas.

Cantera de Colldegria, de la que se extrajo mármol.

Dejamos las canteras y seguimos por una amplia pista forestal y pasamos por una casa en ruinas, una antigua herrería. Es normal que con tantas canteras se necesitara fabricar y afilar gran cantidad de herramientas.
Las vistas son espléndidas. Podemos contemplar los altos riscos de El Far, apuntando directamente hacia nosotros, Tavertet y Sant Roc, Rocacorba, y al fondo, el Canigó, cubierto de nieve.

Espectaculares vistas. Sant Roc y al fondo Rocacorba

Y más adelante un espectacular mirador con una impresionante vista sobre el Pasteral.

Espectacular vista sobre el Pasteral

El Pasteral es un embalse en el rio Ter creado por una presa en la Cellera de Ter. El año 1885, la empresa textil Burés i Salvadó encargó el proyecto de esta empresa para sumunistrar electricidad a la fábrica de la familia Burés en Anglés. La central entró en funcionamiento el año 1905.
Y ya sólo nos queda seguir descendiendo un poco más hasta regresar al punto de origen.
Una bonita ruta que recomiendo a todos.
Hemos dado un repaso a la historia y recorrido bosques variados de encinas, castaños, pinos...
También hemos podido disfrutar de preciosos rincones y excepcionales vistas. Todo ello aliñado con grandes dosis de alegría y buena amistad. ¿Se puede pedir más?

martes, 9 de diciembre de 2014

CASTELLCIR - Iglesia de Sant Andreu - Castell de Popa - Sauva Negra - Castellcir

Salida realizada el día 6 de diciembre de 2014.
Recorrido: unos 13 km.
Caminantes: Miembros de Trotacamins de Martorelles, del Caminant per Catalunya, y yo misma.

Desde la población de Centelles, por una estrecha carretera nos dirigimos al punto de partida de la ruta de hoy: pueblo de Castellcir.
El día amanece nublado, y una espesa niebla parece que nos va a fastidiar un poco las vistas...
Dejamos los coches en la plaça de l'Abad Escarré y ahí mismo iniciamos la ruta, por pista forestal.
La pista desciende en suave pendiente, siguiendo el curso del Torrent del Rossinyol, y a poco más de un kilómetro nos encontramos con el Torrent d'Esplugues.
Nos adentramos en el bosque por un sendero apenas visible que parte de nuestra izquierda y remontamos el curso de este torrente unos metros, hasta llegar a una balma. La gracia y la belleza de este paraje radica que el Torrent d'Esplugues se desploma desde lo alto de la balma formando un salto de agua de gran belleza. Y hoy, gracias a las abundantes lluvias de los últimos días, es espectacular.

La balma y el salto de agua, en el Torrent d'Esplugues

Retrocedemos el sendero y volvemos a la pista, en dirección a la iglesia de Sant Andreu de Castellcir.
Ahora, en medio kilómetro más, llegamos a la Palanca de la Riera de Castellcir, donde hay una pequeña esclusa que forma un salto de agua y un puente de madera.

Palanca de la Riera de Castellcir

Un poco más adelante está la Bassa de Ca l'Antoja y ya a pocos metros la iglesia de Sant Andreu de Castellcir.

Bassa de Ca l'Antoja

Sobre el origen y el emplazamiento de esta iglesia hay diversas hipótesis, así como una leyenda que explica que fue construida por el señor de Castellcir, expresamente en un punto no visible desde el castillo, puesto que se comenta que este señor asesinó al cura en un momento de locura...

Iglesia de Sant Andreu de Castellcir

Visitada esta iglesia, retrocedemos hasta el puente y ahora lo dejamos a nuestra izquierda, para seguir la pista durante unos cuatro kilómetros.
Pasamos junto a unos grandes prados y, al fondo entre los árboles, entrevemos los restos de la Torrassa dels Moros. Se trata de una torre circular, en ruinas, y a la que tampoco le faltan historias y leyendas de toda clase. La más conocida es la de que esta torre y el castillo se comunicaban por un pasadizo subterráneo. La gente, llena de curiosid, se adentraba en ese pasadizo, pero el fuerte viento que por él circulaba les apagaba las antorchas y no podían seguir adelante. Pasaron muchos años y al final los payeses tapiaron su entrada, puesto que se perdían muchos cerdos y obejas.
La leyenda dice que en la Torrassa hay un cordero de oro enterrado, aunque por descontado que nunca ha sido encontrado...
 A partir de ahí, seguimos hasta encontrar un sendero que se adentra en el Bosc del Serrat del Castell, en fuerte pendiente ascendente, hasta llegar a los pies del castillo. Ya sólo queda un corto tramo de escaleras y entramos en el castillo.

Ya casi estamos en el castillo....

A pesar de que está en ruinas, comprobamos que se trata de una estructura muy grande, en la que se perciben diversas dependencias e incluso una capilla, dedicada a Sant Martí de la Roca.
El castillo y las edificaciones anexas ocupan un área de 570 m2, repartidos en una fortaleza de planta y dos pisos y data de principios del siglo XI.
Todo el castillo está edificado sobre la piedra, sin cimientos, y se encuentra en avanzado estado de degradación.

Interior de lo poco que queda en pie.

Al castillo de Castellcir también se le conoce como Castillo de la Popa, por la forma de popa de barco que tiene la roca sobre la que se asienta.
Dedicamos un buen rato a visitar y escudriñar todos los rincones del castillo y nos disponemos a recuperar energías con la comida.

Nuestros cuerpos necesitan alimentarse bien....

Mientras comemos, vemos que la niebla se está disipando y que da paso a una soleada tarde. Antes de abandonar el castillo podemos disfrutar de espléndidas vistas a todo nuestro alrededor.
Descendemos un tramo en fuerte pendiente hasta situarnos justo debajo de la monumental roca sobre la que está el castillo. Visto el conjunto desde ahí abajo observamos la curiosa forma del conjunto: se asemeja claramente a la popa de un gran barco.

Por su forma viene el sobrenombre de Castell de Popa

Dejamos el lugar y nos dirigimos al coll de Sauva Negra y nos adentramos en un precioso hayedo.
Este hayedo, de apenas 110 hectáreas, es un espacio protegido a caballo entre el Moianés y Osona, y acoge una gran variedad de especies; hayas, robles, pinos, avellanos y un rico sotobosque, que ofrecen un entorno encantador.
Empezamos a descender por un sendero, hasta llegar a la Font de Castellcir, fuente de agua ferruginosa.

La Font de Castellcir.

Tras una breva parada para disfrutar del entorno seguimos en fuerte descenso, por un sendero tapizado de hojas rojas ( en algunos tramos un poco resbaladizas ), hasta llegar a una pista forestal.
Seguimos esta pista forestal y llegamos a la Casanova del Castell, una gran masía documentada desde 1666 y que fue utilizada como casa de colonias por la parroquia de Sant Esteve de Castellar del Valles. Pero la falta de agua hizo que se dejara de utilizar y en la actualidad está abandonada.

Casanova del Castell.

Ahora giramos a la izquierda y en pocos metros, tras pasar por una de esas puertas para ganado, encontramos un pou de glaç (pozo de hielo ), el Pou Cavallers. Su estado de abandono ha hecho que la maleza haya crecido en su interior y sólo se conserven de él parte de las paredes.
Un poco más adelante nos topamos con el torrente de Castellcir, que tenemos que cruzar por el Pas de la Tuna.
Baja muy crecido por las abundantes lluvias que han caído en los últimos días y no hay más remedio que saltar como podemos por encima de algunas rocas ( con más o menos arte y equilibrio), e incluso mojarnos los pies.

Haciendo equilibrios con mucha gracia.... 

A partir de aquí sólo hay que seguir la pista que nos lleva de regreso a Castellcir.
En esta pista tendremos unas preciosas vistas del castillo y pasaremos de nuevo cerca de la Torrassa del Moro, punto desde el que tendremos una bonita imagen de las ruinas de esta torre emergiendo entre las copas de los árboles con el castillo al fondo, sobre la roca.

La Torrassa del Moro a la derecha. Al fondo, a la izquierda, el castillo.

Llegamos a un cruce donde encontramos el camino por el que habíamos venido al inicio de la ruta y deshacemos el escaso km que nos falta hasta llegar a los coches.

Remate final de la ruta de hoy......

Una ruta fantástica.
Una buena mezcla de historia, leyendas, vistas espectaculares y un hayedo de gran belleza.
Muy recomendable, incluso con niños. Es sencilla, muy gratificante y no ofrece grandes dificultades.