Presentación del blog

¡Saludos a tod@s!

Como su mismo nombre indica, este blog está destinado a recoger, paso a paso, todas mis salida, excursiones, rutas y viajes. Siempre a pié. Pequeñas escapadas, visitas a pueblos, rutas cortas, largos recorridos... Pero siempre a pie.

Mi idea es dar a conocer y compartir con todos mis lectores esos maravillosos rincones que muchos desconocemos y pasamos por alto, cuando están ahí, muy cerca de nosotros. O no tan cerca...


domingo, 30 de noviembre de 2014

MONTSENY - Santa Fe, Font de Passavets, Turó de l'Home, Les Agudes, Font del Briançó, Pantà de Santa Fe

Salida realizada el día 22 de noviembre de 2014
Recorrido: unos 14 kilómetros
Ruta grabada por el equipo del Caminant per Catalunya.

La de hoy ha sido una preciosa ruta por el Montseny, ascendiendo a dos de sus más emblemáticas cimas, Turó de l'Home y Les Agudes, y disfrutando de los preciosos colores del otoño en la imponente Fageda Gran.
Un lujo para nuestros sentidos.

El punto de encuentro es Santa Fe de Montseny.
Aparcamos el coche en el gran párking que hay a pie de carretera y, mientras esperamos que lleguen los chicos de Ripoll, nos dedicamos a hacer algunas fotos por los alrededores. Sobretodo de las tres majestuosas sequoias que se encuentran a la entrada de de Can Casades.

Sequoias de Can Casades

Can Casades es una antigua casa de veraneo de principios del siglo XX, rehabilitada y reformada en 1987 por la Diputación de Barcelona y convertida en Centro de Atención a los Visitantes.
Ofrece información, material adaptado y proyección de audiovisuales.
Lo que más llama la atención son las tres sequoias que se pueden admirar paralelas al camino de entrada de la casa.
Se supone que, en los años 20, fueron plantadas ahí para ajardinar la finca. Son espectaculares. Se necesitan cuatro personas para abrazarlas.
En pocos minutos, a las 8'15, llegan los chicos de Ripoll y tras saludarnos empiezan las primeras tomas en el recinto de Can Casades.
Seguimos el curso de la riera de Passavets hasta llegar a la fuente del mismo nombre. Estamos en la Fageda Gran y el entorno es encantador. El suelo está cubierto por una gruesa alfombra de hojas rojas de las grandes hayas que poco a poco se van desnudando ante la llegada del inminente invierno.

La riera y el suelo cubierto de una alfombra de hojas rojas.

Llegamos a la Font de Passavets, hacemos una pequeña parada para beber de su fresca agua y seguimos adelante.
El lugar empieza a llenarse de gente. Este es un conocido punto de partida de muchas rutas de senderismo por el Montseny, tal vez la más concurrida y conocida sea la ascensión al Turó de l'Home.
Nos adentramos en el corazón de la Fageda Gran, por una buena pista forestal, en zig-zag y en fuerte pendiente ascendente. Tenemos que remontar seiscientos metros, desde Santa Fe hasta la cima del Turó de l'Home.
En algunos puntos del camino encontramos miradores que nos ofrecen vistas excelentes de Les Agudes y de l'Avetada, el gran bosque de abetos.

Empieza a asomar la cima de Les Agudes.

Llegamos a las estribaciones del Turó de l'Home, bordeando el Turó Gros y el Puig Sesolles, pero antes de llegar a la cima, un desvío a nuestra derecha nos conduce en pocos metros al Pou del Compte, un impresionante pou de glaç (pozo de hielo)
El Pou del Compte es el primer pozo de hielo documentado (siglo XVI), y seguramente el más grande de los pozos de hielo que se encuentran en el macizo del Montseny.

Pou del Compte

Estos pozos de nieve se construían perforando el suelo y recubriendo las paredes con ladrillos en zonas montañosas donde es habitual que nieve en invierno. Generalmente eran construcciones circulares, se llenaban de nieve, que se convertía en hielo, y así abastecían las necesidades de las grandes ciudades.
Volvemos al camino y ya vemos cerca de nosotros la cima del Turó de l'Home, con la emblemática caseta del observatorio meteorológico.
En pocos minutos llegamos a esa cima que, con sus 1.706 metros es la máxima altura del Montseny.
Las vistas desde esta cima son excelentes, a no ser que pase como hoy, que está todo cubierto por las nubes... Y además, un fuerte viento nos hace buscar refugio en el lado opuesto por el que hemos subido, al abrigo de la misma montaña.

Turó de l'Home, con Matagalls al fondo.

Es la hora de comer. El esfuerzo ha despertado al hambre y en un momento empiezan a salir de nuestras mochilas gran cantidad de alimentos: quesos, chorizos, longanizas, tortilla de patatas, empanadillas, bizcocho, coca.... y por supuesto vino y... alguna cosilla más....
Tras comer, recogemos todo, comprobando que no quede ni rastro de nuestro paso, y nos dirigimos hacia Les Agudes.
El camino está muy bien marcado. Y lleno de gente...
Por la cresta del Serrat dels Pous llegamos al Turó de l'Home Mort, seguimos hasta el Puig Sacarbassa, pasamos por la Collada Sesagudes, y enfilamos el último tramo, en fuerte pendiente pero muy corto.
Y ya tenemos el premio. La cima de Les Agudes, que con sus 1.703 metros de altura rivalizan con el Turó de l'Home y son la segunda altura de este macizo.

El camino a Les Agudes, por la cresta del Serrat dels Pous.
Al fondo el Turó de l'Home.

También aquí sopla un viento muy fuerte y desagradable. Y en cuanto a las vistas... En un día despejado son excepcionales, pero hoy... siguen ocultas bajo una gruesa capa de nubes.

Volvemos a la Collada Sesagudes y tomando un sendero a nuestra izquierda, en dirección a la Font de Briançó.

Font de Briançó

En algunos tramos el descenso es bastante acusado, pero el camino está en muy buenas condiciones y el entorno - volvemos a estar rodeados de grandes hayas - nos hace olvidar cualquier sombra de cansancio.
Llegamos a la Font de Briançó, nos abastecemos y bebemos de su fría agua y seguimos descendiendo hasta llegar de nuevo a la Font de Passavets.
Ahora deshacemos un trozo del camino que hicimos a primera hora, junto a la riera, hasta regresar al punto desde el que salimos.
Para acabar de completar la ruta, poco antes de llegar al párking tomamos una pista en dirección al pantano, resiguiendo la riera de Santa fe (continuación de la de Passavets).
Pasamos por Can lleonart, una masía reconvertida en escuela de naturaleza, y tomamos un sendero que bordea la riera. Llegaremos a l'Estanyol, el que en su momento fué el precusor del actual pantano.

L'Estanyol

A principios del siglo XX, un editor de Barcelona llamado Ramón Montaner, compró el valle de Santa Fe a la familia Alfaras de Sant Celoni. Su idea era construir un hotel de lujo y las obras comenzaron en 1910. Como no había electricidad en este lugar, hizo construir una presa en la riera, muy cerca del edificio, y que hoy se conoce con el nombre de l'Estanyol.
Pero esta presa pronto fue insuficiente para la demanda de electricidad y en 1920 se inició la construcción del actual pantano.
Es un lugar encantador, divino para pasear, hacer fotos y gozar de la paz que en este entorno se respira.

Pantano de Santa Fe.

Pasamos por encima de la presa, rodeamos el pantano y regresamos a párking, justo en el momento en que empieza a llover. Nos ha ido de un pelo.
El día no ha sido de los más espléndidos, pero hemos disfrutado de una ruta genial. Nos hemos deleitado con los cálidos colores del otoño, las dos cimas más altas y emblemáticas del Montseny, paraje encantador donde está el lago y muy buena compañía.
¿Acaso se puede pedir más?

sábado, 29 de noviembre de 2014

MONELLS - MADREMANYA - SANT MARTÍ VELL

Salida realizada el día 21 de noviembre de 2014.

Hoy decido hacer una salida un poco diferente. En lugar de recorrer senderos, decido descubrir y recorrer pequeños pueblos con un encanto muy especial.
Son pequeños núcleos de población de origen medieval que conservan una singular belleza. Estrechos callejones, plazas porticadas, majestuosas iglesias, ... todo ello restaurado y protegido para deleite del viajero, que encuentra en cada uno de esos pasadizos y rincones evidencias y recuerdos de su pasado medieval.
Un amigo, viendo las fotos de estos pueblos, me preguntó por una cosa que le llamó la atención: la ausencia de coches y de gente. La respuesta es bien sencilla. La circulación de vehículos está muy restringida e incluso prohibida. Sólo los vecinos, y no en todas las calles, pueden pasar. Y es que las calles que forman el núcleo más antiguo de la población son muy estrechas y con tramos con escalones, cosa que impide el paso de los coches. Se han habilitado aparcamientos en las afueras de los pueblos para dejar los coches.
En cuanto a la ausencia de gente... son pueblos con pocos habitantes, y el día que los visité era un viernes de noviembre.
Los pueblos que visito hoy son Monells, Madremanya y Sant Martí Vell. Para acceder a ellos, tomo la carretera que va de La Bisbal a Girona y, en la población de Corçà, encuentro un cruce a mi izquierda en el que tomo una nueva carretera en dirección a Monells.
Para que no os hagáis un lío con ellos, los presentaré por separado con sus correspondientes fotografías.


MONELLS


Impresionante su plaza porticada.

A poco más de cuatro kilómetros de Corçà se encuentra Monells, el primer pueblo que visito hoy.
Este pequeño pueblo tiene unos 265 habitantes y pertenece a la comarca del Baix Empordà.
Aparco el coche en el aparcamiento que hay en la entrada y lo primero que percibo es que la riera del Rissec lo divide en dos partes: el barrio del Castell y el de la Riera.
El barrio del Castell es un conjunto de estrechos callejones alrededor de la Plaza Mayor, casi toda ella porticada y de gran belleza. El castillo estaba situado en la parte más alta, pero de él apenas quedan unos pocos restos de sus murallas exteriores.
Como curiosidad diré que el mercado de Monells era de gran relevancia e importancia en la época medieval. Tanto es así que, el rey Jaime I de Aragón, en el año 1234, ordenó que se usara la "piedra mitgera de Monells" como patrón de medida de los cereales para el obispado de Girona.

Esta es la "piedra mitgera" utilizada como patrón
de medida de los cereales.

Me pierdo y me deleito un buen rato por esos callejones, plazas y plazoletas. Las piedras de esos muros emanan historia. En ellos y en muchos arcos se aprecian con claridad las marcas dejadas por los carros a su paso.
Cruzo la riera por un puente y visito el otro lado del pueblo.
Del barrio de la Riera destaca la iglesia parroquial gótica de Sant Genís, que se alza en la zona más alta de este lado de riera.




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MADREMANYA


Magnífica su iglesia parroquial de Sant Esteve.

Siguiendo la misma carretera por la que he llegado a Monells, pasados cuatro kilómetros llego al siguiente pueblo: Madremanya.
Este pequeño núcleo pertenece a la comarca del Gironés y tiene unos 279 habitantes.
Si uno es encantador, el otro es maravilloso.
Este pueblo también presenta signos y restos de su pasado medieval, como el recinto amurallado. Por unos portales se accede al interior del núcleo urbano, formado por estrechos callejones ascendentes que conducen a la iglesia parroquial de Sant Esteve.
Tampoco tienen acceso los coches al interior del recinto amurallado. La nota dominante son los callejones muy estrechos y algunos tramos con escalones.

Impresionante belleza la de esos pasadizos.

De nuevo me dejo levar por la magia del lugar y deambulo sin prisas, descubriendo esos rincones que parecen transportarme a épocas muy lejanas. Sombríos callejones, arcos, muros de piedras empapadas de historia... Una gozada disfrutar del silencio y la paz que se respira en sus rincones.
Una curiosidad... El nombre de Madremanya podría provenir de la expresión latina Mater Magna "Madre Grande," que era como se denominaba a la diosa Cibeles, que representaba la fertilidad de la naturaleza.





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SANT MARTÍ VELL

Hermoso despliegue de colores del otoño en todo su esplendor.


Dejo Madremanya, sigo por la misma carretera unos cuatro kilómetros más y llego a Sant Martí Vell.
Pueblo de la comarca del Gironés, con unos 240 habitantes.
Este tramo de carretera que separa los dos pueblos ya es de por sí encantador. Cruza grandes campos de forraje y se adentra por algunos bosques. En algunos tramos en muy estrecha, por lo que hay que extremar la precaución; es muy utilizada por los ciclistas, sobretodo los días festivos.
El término municipal de Sant Martí Vell está situado al norte de Les Gavarres, y el punto más alto de este municipio es el puig Alt o muntanya de la Mare de Déu del Àngels, a 490 metros de altura, con unas impresionantes vistas desde el Pirineo hasta les Illes Medes. Hoy no es buen día para subir ahí, está nublado y las vistas serían nulas.
También aquí aparco en la zona habilitada para ello y me adentro en los estrechos callejones del núcleo antiguo.
El pueblo está coronado por una majestuosa iglesia de origen románico y consagrada a Sant Martí, y de ella parten esos callejones, estrechos, sombríos y en algunos tramos cubiertos de frondosa vegetación que les confieren un toque de auténtica magia, como si de un momento a otro tuviera que aparecer en algún recoveco o al girar una esquina, un noble caballero o una dama...
En acusada pendiente en algunos tramos, descienden hasta la riera, por lo que el entorno pasa en pocos metros de núcleo urbano a zona de riera, con su característica vegetación. Destaca, muy cerca de esta riera, una plantación de enormes cañas de bambú.

En la riera podemos encontrar rincones tan bonitos como éste...
Tras pasar un buen rato admirando esas bellezas, retomo la carretera y regreso a casa.



Hoy he disfrutado de lo lindo, sumergiéndome en sombríos callejones, descubriendo plazas y rincones cargados de historia, impregnándome de la belleza que emana de esos pequeños pero encantadores lugares....

martes, 18 de noviembre de 2014

AMER, ruta de las tres ermitas.

Salida realizada el día 15 de noviembre de 2014
Recorrido: 16 kilómetros
Desnivel acumulado: 850 metros de subida y 850 de bajada.
Caminantes: yo misma.


Un día precioso para disfrutar de espléndidas vistas.

Puesto que el tiempo acompaña y todo apunta a que será un día soleado con buena visibilidad, decido hacer una ruta desde donde tener buenas vistas.
El lugar elegido hoy son els cingles de Sant Roc haciendo la ruta de las tres ermitas, saliendo de la población de Amer.
Esta es una ruta muy bien señalizada con marcas de pintura blanca y numerosas placas y letreros. Creo que prácticamente es imposible perderse.
En este recorrido visitaremos tres de las ermitas más representativas de la zona: Santa Brígida, Mare de Déu del puig d'Elena o Santa Lena, y Sant Roc.
También podremos disfrutar de unas vistas excepcionales desde el mirador dels Fusos, la ermita de Sant Roc y  los miradores que hay cerca de ella sobre los riscos de Sant Roc.

Contrastes de colores....


Empiezo el recorrido tempranito, es largo, con bastante desnivel acumulado y los días son muy cortos en esta época. No quiero que se me haga de noche por el camino...
A la salida de Amer, a pie de carretera y a la altura de su iglesia parroquial, se inicia el camino.
Busco un palo indicador de la ruta de las tres ermitas y empiezo a seguir las marcas de pintura blanca que no abandonaré en ningún momento.
El primer tramo hasta llegar al campo de fútbol y está asfaltado. Pero en seguida empiezo a ascender por una pista forestal que zigzaguea hasta lo alto del imponente risco. Y es que la primera de las ermitas está allí, sobre mi cabeza, alzándose desafiante sobre ese peñasco de paredes casi verticales.


Para acortar un poco el trayecto y evitar tanta pista forestal, el camino se convierte en un estrecho sendero que sube cortando las curvas de la carretera, con lo que la subida es muy fuerte.
Pero el esfuerzo vale la pena.
Llego a la primera de las ermitas: Santa Brígida.


Las vistas sobre Amer y el risco de la Mare de Déu del Far son impresionantes.
Me detengo unos minutos para reponer fuerzas y admirar el paisaje.
Dejo atrás la ermita, sigo por un sendero resiguiendo la cresta rocosa que, por su altura, me ofrece preciosas vistas y llego a la antigua cantera de Amer.
Siguiendo en todo momento las marcas blancas inicio un fuerte descenso hasta el torrente de Can Catau, donde se encuentra la fuente del mismo nombre. Un lugar hermoso de verdad.

Font de Can Catau

Sigo durante unos metros el curso del agua, llego a una nueva pista, vuelvo a ascender y encuentro el indicador del mirador dels Fusos, sobre una pequeña colina. Unas grandes rocas sirven de mirador con unas vistas fantásticas, presididas por el omnipresente risco de El Far.


Sigo ascendiendo, alternando senderos y pista forestal, hasta la Ermita de la Mare de Déu del Puig d'Elena o Santa Lena.
Un nuevo punto con magníficas vistas, ahora sobre Sant Martí de llémena y els cingles de Rocafesa, Serrat del Bruguetar y Muntanya de Rocacorba, coronada con un par de enormes antenas.
Hay bastante gente rondando alrededor de la ermita y no puedo hacer las fotos de rigor tranquila, por lo que descanso un rato y aprovecho para comer.


Al fin puedo hacer las fotos y de nuevo toca descender. La de hoy es una ruta de constante subir y bajar puesto que cada una de las ermitas está sobre una cima diferente.
Y por fin el ascenso hasta la última de las ermitas, la de Sant Roc. Esta vez el desnivel es un poco más suave, y la pista transcurre en varios tramos por un camino empedrado bajo un espeso bosque.
Por entre los árboles puedo apreciar que el camino va resiguiendo el borde de los riscos, y por fin llego a la ermita de Sant Roc.


Casi se me corta el aliento al percibir las excepcionales vistas que se abren ante mis ojos desde este privilegiado punto.
A mis pies el valle de Llémena, salpicado de pequeños pueblos,Girona, de la que distingo perfectamente su Catedral, y a lo lejos, el golfo de Roses con el cap Norfeu, el Montgrí y les Medes, Llagostera...


Paso un buen rato extasiada ante unas vistas tan especiales como esas, puesto que por la situación del lugar, me permiten distinguir puntos( sobretodo de la costa ), que desde otros sitios apenas se llegan a intuir. También ayuda el día radiante que está haciendo.


Me resisto a abandonar esas piedras desde las que me siento casi un pájaro, sentada en su borde, con los pies colgando hacia el vacío...

Ni os imagináis dónde estoy sentada...

Pero no puedo despistarme mucho, la tarde es muy corta.
A partir de aquí el descenso es continuado hasta regresar al punto de partida.
Muy a mi pesar dejo atrás la ermita de Sant Roc y sigo el sendero, entre los árboles.
Aun queda una última sorpresa, el Balcó de Sant Roc, un excepcional mirador desde el que se tiene una vista fantástica de los imponentes riscos sobre los que se asienta la ermita.

Sobre este imponente risco está la ermita de Sant Roc

Y ahora ya sí que que tengo que apretar el paso. Parece que me he despistado un poco y he pasado demasiado tiempos embobada contemplando las vistas, y la tarde empieza a caer. Por fortuna el camino de descenso es bastante bueno (excepto un tramo de fuerte pendiente entre rocas ), y puedo avanzar bastante rápido.
Llego a Amer con la claridad justa para hacer unas fotos de su preciosa iglesia y algunos rincones del pueblo.


Una ruta fantástica para los que gusten de admirar vistas excepcionales y no tengan vértigo.

domingo, 2 de noviembre de 2014

EL BALANDRAU Y EL PUIG CERVERÍS

Salida realizada el día 1 de noviembre de 2014, con el equipo de Caminant pel Ripollés.

A pesar de la fecha en que nos encontramos, 1 de noviembre, hemos podido disfrutar de un día espléndido y un sol radiante que nos ha proporcionado el mejor de los regalos: unas vistas excepcionales.
Debo puntualizar que toda la información que voy a mostrar me ha sido proporcionada por Toni Llagostera, anfitrión y guía de la salida de hoy. Muchas gracias Toni, y muy buena ruta.

Andreu Pérez, el ojo que todo lo ve, y Toni llagostera, nuestro guía de hoy.

Salimos de Ripoll a primera hora de la mañana (sobre las 6'45) en dirección a Ribes de Freser. Ahí tomamos dirección Pardines y a poco más de dos km de Ribes encontramos una pista forestal que sale de nuestra izquierda y que tendremos que seguir durante unos... 15/20 km. Esta pista está llena de baches y piedras sueltas, por lo que hay que circular a baja velocidad y con precaución si no disponemos de un vehículo todoterreno. Por ello, se nos hizo un poco larga y pesada...
Llegamos al coll de dalt de Meianell, donde aplicamos la logística de los coches. Uno tiene que quedar más adelante, donde la pista se cruza con el torrent de la Fontlletera, puesto que ahí es dónde finalizamos la ruta y nos evitará un buen tramo de caminar por pista forestal, pedregosa y con poco interés.

Haciendo amigos, mientras esperamos al resto...

Ya todos reunidos, partimos del coll de dalt de Maianell e iniciamos el ascenso en dirección al puig Cerverís (2.208 m), el primero de nuestros objetivos. El ascenso es muy fácil y se realiza en pocos minutos. La cima de este cerro es redondeada y desde él empezamos a disfrutar de preciosas vistas. El Taga, el puig Estela, la serra Cavallera, el valle del Rigart en toda su extensión...

Impresionantes vistas...

Para ir del puig Cerverís al Balandrau seguimos la cresta de la serra de la Canya, una larga línea surcada de collados poco marcados y pequeñas elevaciones.
Bajamos del Cerverís por el lado opuesto por el que llegamos, seguimos la cresta de la Canya y pasamos por el puig Rodonell (2.164 m). Un poco de sube y baja, alcanzando collados y cerros de poca importancia, y ascendemos al Puig de les Graves (2.217 m)

Por la ancha cresta de la serra de la Canya

Un nuevo descenso y subida al coll dels Treguranesos, o coll de la Canya. Su nombre indica su importancia como lugar de paso entre la sierra y Tregurà.
Aún nos faltan los collados de Llenyassers y de Trescamins para situarnos a los pies del Balandrau.
Antes de iniciar la última subida hasta esta cima, nos desviamos a la derecha para visitar las minas de la Coma de Granollers.

Los restos de la barraca de los mineros.

En un pequeño llano encontramos los restos de lo que antaño fue la barraca de los mineros y las escombreras. Se identifican tres minas cuyas bocas de entrada ya están hundidas y los restos del mineral de hierro que se extraía de ellas.
Una curiosidad referente al nombre de Coma de Granollers... ¿Alguien sabe lo que significa la palabra granoller?
Significa lugar poblado de granotes (ranas)...
Antes del último repecho hacia la cima del Balandrau hay que reponer fuerzas y cargar pilas de energía. Éste es un lugar excelente para uno de los mejores momentos de estas salidas: la comida...

Nuestros motores necesitaban energía...

Descansados y con las pilas a tope, iniciamos el último y empinado trecho hasta la cima del Balandrau (2.584 m).
En sus vertientes norte y oeste (municipio de Queralbs), encontramos pino negro y pastos el la zona alta.
La parte de Villalonga está totalmente cubierta de hierba y constituye una de las grandes zonas de pasto del Ripollés: Coma de la Fontlletera, Costa Rubí, Coma de Granollers y Meianell.
Las vistas desde esta cima son impresionantes.
Al noroeste se desploma en caída en vertical sobre la estrecha garganta del Freser.

En caída libre sobre la garganta del Freser.

Al norte distinguimos con claridad Bastiments y pic de l'Infern.

Bastiments, a su izquierda y como una pirámide pic de l'Infern.
Y el nacimiento y cabecera del Ter.

Al este y al sur los inmensos prados.
Al oeste las gemelas cimas del Torreneules.

Las dos cimas gemelas del Torreneules.

Y más allá, mucho más lejanos en el horizonte, pero con una visibilidad favorecida por el radiante día, el Puigmal, el Pedraforca, la Serra Cavallera y, surgiendo de un mar de nubes que cubre las planas interiores, como una gran isla en un blanco mar, el Montseny...

El Montseny, como una gran isla, surgiendo del mar de nubes.

No hay palabras...
Hay que estar aquí para sentir y entender la embriagadora sensación de placer que provoca en nuestros sentidos un lugar tan especial como éste.
Tras un buen rato fascinados con las impresionantes vistas iniciamos el regreso por la Coma de la Fontlletera.
Bajamos hacia la collada que separa el Balandrau del Trespics. No llegamos a la collada de Trespics por donde pasa el camino de Núria, y nos dirigimos a la Font dels Isards, en el nacimiento del Torrent de la Fontlletera. Es muy curioso observar como brota el agua de entre las rocas e inicia un curso de agua.

El nacimiento del torrent de la Fontlletera.

Seguimos este recién nacido torrente durante un rato y nos desviamos para visitar la Barraca de la Fontlletera, una interesante cabaña doble.

Voy a hacer un alto para mencionar una noticia de gran interés, que nos recuerda que la alta montaña es imprevisible...

La tragedia del 30 de diciembre del año 2.000
El 30 de diciembre del año 2.000 se produjo una sonada tragedia en esta zona: 10 montañeses que querían llegar a la cima del Balandrau sufrieron un repentino cambio de tiempo y perdieron la vida.
En pocos minutos, una soleada mañana invernal se transformó en una fuerte nevada, vientos de 138 km/h, una fuerte ventisca y el desplome de la temperatura hasta los -16ºC. La temperatura de sensación, con este frío y este viento, era de -30 a -35 grados.
La opción que escogieron estos excursionistas, de intentar esquivar la ventisca situándose en una hondonada, era muy mala y acabaron enterrados en la nieve.
La búsqueda no se dio por finalizada hasta el día 24 de marzo, cuando se localizó el cuerpo de la última excursionista desaparecida, en la parte baja del Torrent de la Fontlletera.
Aquel invierno fue trágico, puesto que el 22 de enero murieron dos excursionistas más por una avalancha de nieve, en los alrededores del Costabona...  

Estos accidentes nos tendrían que hacer reflexionar y pensar que en estas zonas de alta montaña el tiempo es así de cambiante e imprevisible. Debemos ser siempre muy prudentes, precavidos y estar muy alerta.


Barraca de la Fontlletera

Dejamos la barraca de la Fontlletera y acabamos de descender el último tramo de pastos hasta llegar a la pista forestal donde encontramos uno de los coches.
Ya sólo queda volver a aplicar la logística de los coches y regresar a Ripoll, no sin detenernos antes en Ribes de Freser a tomar unas merecidas cervezas...
Una fantástica ruta, espectaculares vistas, un día radiante y una magnífica compañía... ¿Acaso se puede pedir más?
Muchas gracias a todos y en especial a Toni llagostera, nuestro guía y magnífico informador.