Presentación del blog

¡Saludos a tod@s!

Como su mismo nombre indica, este blog está destinado a recoger, paso a paso, todas mis salida, excursiones, rutas y viajes. Siempre a pié. Pequeñas escapadas, visitas a pueblos, rutas cortas, largos recorridos... Pero siempre a pie.

Mi idea es dar a conocer y compartir con todos mis lectores esos maravillosos rincones que muchos desconocemos y pasamos por alto, cuando están ahí, muy cerca de nosotros. O no tan cerca...


lunes, 9 de diciembre de 2013

ROMANYÀ DE LA SELVA - PUIG DE LA GAVARRA - PUIG D'ARQUES - ROMANYÀ DE LA SELVA

Ruta realizada el día 8 de diciembre de 2013

Romanyà de la Selva - Puig de la Gavarra - Puig d'Arques - Romanyà de la Selva.
Ruta realizada junto a mi hija Inés y Óliver, su marido.
Unos 17km de recorrido.

De nuevo una ruta que nos ha permitido disfrutar de una gran variedad de paisajes, vistas espectaculares y el atractivo añadido de poder contemplar varios restos megalíticos(dolmens y menhires), muy abundantes en la zona.
Debo advertir que esta ruta la he sacado de un libro del Club Alpí de Palamós "10 anys d'itineraris megalítics a Les Gavarres i L'Ardenya."
Me he permitido tomar nota de todas sus indicaciones y no me ha resultado nada difícil llegar a todos los puntos de interés. Todo el itinerario está perfectamente explicado, el camino muy bien señalizado y la información sobre todos los puntos de interés muy valiosa.

Aparcamos el coche en Romanyà de la selva a las 9'30, en el parking que hay junto al Dolmen Cova d'en Daina, y lo primero que hacemos es una visita a este monumental dolmen. Es el conjunto megalítico más importante de Catalunya.
Dolmen Cova d'en Daina

Este dolmen mide 7'60m de largo, 1'70m de ancho y 1'50m de altura máxima. Un círculo de 11m de diámetro, hecho con grandes piedras, rodea la construcción.
Sencillamente sorprendente, y a todos nos pasa por la cabeza la misma idea: su lejana similitud con Stonehenge...
Tras contemplar y fotografiar a gusto esta maravilla, iniciamos la ruta por la carretera, en dirección al núcleo de Romanyà. Pasamos por delante del Cementerio Municipal donde está enterrada la gran escritora Mercé Rodoreda y a pocos metros tomamos un sendero que se adentra en el bosque y que nos lleva al Menhir de la Murtra. Un menhir de forma faliforme de 2'35m de altura.
Menhir de la Murtra

Seguimos el sendero hasta una pista asfaltada, en dirección al Puig d'Arques. Pasamos por delante de una gran masía, el Mas Poncet y, a los pocos metros, un sendero a la derecha nos conduce al GR - 92 que seguiremos hasta el pie del Puig de la Gavarra.
Mas Poncet

Ya en el GR - 92, a unos 500m y en una cerrada curva, hay una entrada a la derecha cerrada con una cadena. Justo a la izquierda de ésta, un estrecho sendero se encarama por el margen, se adentra en el bosque y nos lleva a la Cista del Bosc d'en Roquet.
Cista Bosc d'en Roquet

Volvemos al GR - 92 y al poco rato encontramos un desvío hacia la Font de la Ruda. La vegetación de esta zona, típica de rieras, es espectacular.
Font de la Ruda

Seguimos por el sendero que nos devuelve al GR y no muy lejos encontramos la Font Josepa.
Junto a esta fuente se ha habilitado una zona de pic-nic y aprovechamos para hacer un alto y reponer fuerzas, ante unas espectaculares vistas del Macizo de Les Gavarres.
Font Josepa

Ya fortalecidos volvemos al GR - 92 que al poco rato se convierte en una pista asfaltada. Hay que llegar a un cruce importante. Dejamos la pista asfaltada y continuamos por pista forestal en dirección al Coll del Matxo Mort.
Vamos subiendo en suave pendiente, y al llegar al Coll del Matxo Mort tomamos dirección a las cimas más altas de Les Gavarres, Puig de la Gavarra y Puig d'Arques.
Pasamos por delante de otro mas, Can Sitges, y en el siguiente cruce tomamos el camino de la derecha. Siempre en dirección a esas dos cimas y con indicaciones muy claras.
Suavemente, a veces no tan suavemente, vamos ganando altitud. Pasamos por delante de una construcción en ruinas y nos acercamos al Puig del Moro(519m) y al Puig de l'Hostal de Les Gavarres(526m), pero no ascendemos a sus cimas.
Conforme ascendemos, las vistas ganan belleza.
Las vistas van ganando en belleza

Ya estamos cerca. En una nueva bifurcación hay una pilona. Aquí dejamos el GR - 92 y seguimos de frente por un estrecho sendero. En pocos metros llegamos a la cima más alta de Les Gavarres, el Puig de la Gavarra, de 537m.
El Puig de la Gavarra

A pesar de ser el punto más alto, las vistas quedan medio ocultas por los árboles.
Junto al vértice geodésico, otro estrecho sendero que atraviesa el bosque nos lleva en pocos minutos al Puig d'Arques.
No es la primera vez que asciendo a esta cima y aún se me corta el aliento cuando subo al mirador y se despliega ante mis ojos una espectacular panorámica.
Impresionantes vistas que cortan el aliento

Extasiados por tanta belleza y tras situar en el horizonte montañas, pueblos y otros puntos gracias a los paneles informativos, bajamos de la plataforma elevada que hace de mirador y decidimos hacer una pausa y comer a los pies de la estación meteorológica y su emblemático radar, visible desde casi todas Les Gavarres.
La estación meteorológica con su emblemático rádar

Con los ánimos a tope y la panza llena, toca iniciar el descenso.
A pocos metros de esta estación meteorológica, otro dolmen, el Dolmen del Puig d'Arques. Se trata de un dolmen restaurado, en el que la cubierta se tuvo que volver a colocar en su sitio.
Seguimos bajando hasta encontrar una pista, una barrera, giramos a la derecha, pasamos junto a unos grandes depósitos y nos encontramos en La Creu d'en Sabater.
Este es un cruce de caminos que conducen a todas partes. Tomamos la pista asfaltada hacia la derecha pero la dejamos en seguida y tomamos una pista forestal a la izquierda que seguiremos en suave descenso, hasta llegar finalmente a una riera. El Mas Cases nos queda elevado, a nuestra izquierda.
Gran belleza por todas partes

Hemos descendido demasiado. Toca volver a ascender un poco, siempre siguiendo la pista forestal.
llegamos a un cruce en el que hay una ruinas a nuestra izquierda. La pista de la derecha nos llevaría a la Urbanización Vallrepós. Nosotros seguimos de frente, en fuerte pendiente ascendente, ignorando todos los caminos que encontremos a derecha o izquierda, hasta encontrar de nuevo el GR - 92.
Giramos a la izquierda, en dirección a Romanyà, y ya hasta la carretera, a pocos metros del párking donde tenemos el coche.
Una caminata perfecta, un día radiante, muchos puntos de interés que hemos podido disfrutar... Un día perfecto.

SANTA CRISTINA D'ARO - RIERA DE SALENYS - ROMANYÀ DE LA SELVA - SANTA CRISTINA D'ARO

24 de noviembre de 2013 - domingo

Santa Cristina d'Aro - Riera de Salenys - Romanyà de la Selva - Santa Cristina d'Aro.
Unos 22km en total.

En esta ruta he podido disfrutar de una gran variedad de paisajes y entornos naturales diferentes.
Ha sido una buena combinación de rutas de agua(rieras), senderos por diferentes bosques(encinas, robles, pinos...), restos megalíticos de los primeros pobladores de la zona, excelentes vistas y muchas cosas más.
Comienzo la ruta en Santa Cristina d'Aro a las 8'30 de la mañana. Partiendo de delante de la iglesia, un par de calles más abajo encuentro los primeros indicadores y sigo un sendero local, marcas verdes y blancas, hasta la antigua estación del "carrilet" en Salenys.
Antigua estación de Salenys

Cruzo el puente de Salenys e inicio el primer tramo de la ruta, tomando la pista de la derecha justo después del puente.
Puente de Salenys

Se puede bajar hasta la riera, cosa que aprovecho para hacer unas cuantas fotos y disfrutar del entorno.
Vuelvo a la pista y, unos metros más arriba, encuentro una bifurcación en la que puedo tomar el GR o seguir por esa misma pista forestal bordeando la riera.
Elijo bordear la riera. El entorno natural de una ruta de agua es precioso.
Un entorno precioso

Sigo hasta la planta embotelladora de Aguas de Salenys, donde la pista parece estar cortada por una gran verja. Pero el camino sigue, ahora convertido en sendero, mucho más bonito al pasar por zona boscosa y por dentro de la riera, cruzándola en repetidas ocasiones.
Llego a otra bifurcación. A la derecha la vía ferrata de la Riera de Salenys, siguiendo el curso del agua. A la izquierda la Font Penedés.
He decidido seguir por la riera, hacia la vía ferrata. Siempre puedo dar media vuelta.
Se abre ante mí un tramo de gran belleza. La riera transcurre plácidamente entre los grandes árboles del bosque y el sendero sigue recorriendo su curso.
Me topo con un puente colgante. Bueno... comparado con otros(el dels Aritjols, en Els Carcaixells, por ejemplo), es un mini puente colgante. Pero tiene su gracia.
Un pequeño pero gracioso puente colgante

Sigo caminando y la riera se vuelve más salvaje. Estoy llegando a Les Gorges de Salenys. Precioso. El agua salta en pequeñas cascadas encajonada entre estrechas gargantas. Y un poco más arriba, donde el terreno se vuelve más abrupto y hacen su aparición las grandes piedras, el curso de esta riera cambia su placidez por los saltos de agua entre grandes rocas.
El agua pasa entre estrechas gargantas

Un lugar precioso para hacer un alto en el camino y disfrutar del entorno, arrullada por el alegre canto del agua que salta de piedra en piedra, formando pequeñas pozas.
Un rincón precioso para hacer un merecido descanso.
Un puente nepalí me dice que sería peligroso
seguir sin el equipo necesario...

Aquí es donde empieza la verdadera vía ferrata. Un puente nepalí y un tramo de escalones en una pared vertical me dicen que esto no es para una persona que va sin el equipo necesario. Doy media vuelta y me dirijo de nuevo al cruce anterior y me dirijo hacia la Fuente Penedés.
Sigo el sendero, ahora con tramos de fuerte subida, hasta que llego a la fuente y, a los pocos metros, al GR.
Ahora hay que seguir este camino hasta Romanyà de la Selva. No tiene pérdida, está muy bien señalizado, y no tardo en llegar al pequeño pueblo de  Romanyà de la Selva.
Romanyà de la Selva

Cuatro casas, una preciosa iglesia dedicada a Sant Martí, un par de restaurantes y poco más. Pero un gran encanto, y unas vistas excepcionales.
Iglesia de Romanyà

Dejo el pueblo y, siguiendo la carretera en dirección a Calonge, a la derecha de ésta, encuentro varios senderos locales que me llevan a ver unos alcornoques gigantescos, la Font del Prat, el paradolmen de Pedres Grosses y el espectacular Dolmen de la Cove d'en Daina.
Dolmen Cova d'en Daina

Este es el monumento megalítico más importante de Catalunya. Compuesto por la cámara funeraria, una gran galería cubierta, el pasillo de entrada y rodeado de un círculo de grandes piedras de once metros de diámetro. Una maravilla.
Vuelvo a Romanyà, no sin antes visiter el Menhir de la Murtra, por un sendero a través del bosque a pocos metros del cementerio municipal.
En el pueblo sigo el PR C 110 con dirección a Santa Cristina d'Aro.
Es más tarde de lo que tenía previsto. En la riera de Salenys pasé más tiempo del que pensaba.
A pesar de ello parece que voy bien de tiempo, peeeero....
Al ir con tiempo decido hacer un completo y subir al Puig d'en Ponç, de 411m.
El Puig d'en Ponç

Por un sendero, en fuerte subida, rodeando la montaña. Pero llego al vértice geodésico. Debo decir que desde esta cima las vistas quedan un poco escondidas por los árboles, pero se puede subir a lo alto del vértice geodésico y supongo que será otra cosa. Yo no subo. Sola y sin apoyos de ningún tipo es un poco difícil. Y peligroso.
Tras este último punto de interés, retomo la pista hacia Santa Cristina d'Aro. Ahora ya sin prisas, pero sin pausas, que en este tiempo, a finales de noviembre, la oscuridad se echa encima en un abrir y cerrar de ojos.
El descenso hasta santa Cristina transcurre por tramos de pista forestal y senderos de gran belleza. Hay trozos en que las lluvias de los últimos días han destrozado los caminos, pero les confieren una gran belleza natural.
Castanyeda d'en Cama

Llego a Santa Cristina con las últimas luces del atardecer, justo a tiempo de contemplar una preciosa puesta de sol.
Una puesta de sol preciosa para concluir un día magnífico

Y aún me queda tiempo para sacar unas cuantas fotos de su iglesia y los alrededores.
Iglesia de Santa Cristina d'Aro

Como dije antes, una buena ruta.




domingo, 1 de diciembre de 2013

CAMÍ DE RONDA LLORET - BLANES


Día 1 de diciembre de 2013, domingo.
Recorrido .Unos 12 kilómetros
Ruta realizada con mis amigos Trotacamins de Martorelles.

Estas caminatas recorriendo y bordeando la Costa Brava son magníficas.
Se pueden realizar en cualquier época del año.
En verano tienen el aliciente de poderse bañar en alguna de las preciosas calas que iremos descubriendo. Por contra, los caminos, las calas, los pueblos... suelen estar bastante masificados.
En invierno todo está tranquilo y solitario. Si se busca paz, o hacer fotos sin que salga gente o coches, esta es la mejor época.

Invierno, mar brava, soledad... un paraíso.

Primavera y otoño, podemos buscar los rojos y amarillos de otoño o el espectacular colorido de las flores en primavera.
Sea cuando sea y como sea, por senderos locales a tocar del agua, por PR recorriendo calas, rincones y trepando por pequeños cerros, por el GR-92 disfrutando de bellas vistas y descubriendo la historia de este gran territorio.... Sea cómo sea, estas son unas excelentes rutas que recomiendo para todos, pudiendo adaptar el recorrido a las necesidades de cada uno.

El tramo que he recorrido hoy de Camino de Ronda ha sido  muy especial por varios motivos.
A parte de disfrutar de un magnífico recorrido en compañía de unos amigos estupendos, con esta etapa he concluido todo el Camino de Ronda por la Costa Brava, desde Portbou hasta Blanes.
Un gran logro, teniendo en cuenta que no hace más que un año que me inicié en el mundo del senderismo con pequeñas salidas cerca de mi casa.

Como he dicho, ha sido un magnífico recorrido. No muy largo, no más de 12 km. con no excesivo desnivel y un día precioso, lo que ha proporcionado un ambiente muy distendido entre nosotros y la oportunidad de disfrutar de todos los rincones, el contraste de luces y colores y embriagadoras sensaciones.

Unos estiramientos....

Un día radiante, aunque algo ventoso(los que vivimos en la Costa Brava ya estamos acostumbrados a eso), y la mar brava de verdad, haciendo honor a su nombre.
Salimos de la playa de Fenals, de Lloret de Mar, en dirección a Blanes, bordeando la costa y ascendiendo suavemente, lo que nos permite contemplar el magnífico espectáculo de las embravecidas olas estrellándose en los altos acantilados.
Panorámica de Lloret de Mar

Dejamos la playa y pasamos por la Punta de Els Rosaris, done se encuentra el Monumento a la Mujer Marinera.
Monument a la Dona Marinera

 Desde este punto disfrutamos de unas excelentes vistas de Lloret de Mar. Seguimos caminando y nos adentramos un poco hacia el interior, hasta una gran rotonda, seguimos por la izquierda, rodeando un bosque y por un camino llegamos a la Cala Boadella. Un buen sitio para recuperar fuerzas con algún bocadillo y para disfrutar del sol y del maravilloso espectáculo de las embravecidas olas rompiendo con fuerza contra las rocas.
Una cala preciosa, y que según nos informan es de tradición naturista.
Cala Boadella

Dejamos la cala, volvemos a adentrarnos un poco en el interior y llegamos a la bonita ermita de Santa Cristina.
Tanto la ermita como todo el paraje que la rodea posee una belleza excepcional.
Fachada de la Ermita de Santa Cristina

Justo por detrás de la ermita se extiende una gran explanada en forma de terraza, presidida por un pino centenario.
Tradicionalmente, cada 24 de julio, se celebra el día de Santa Cristina, con un banquete de pescadores en honor a la santa.
Explanada de detrás de la ermita

El lugar también es famoso históricamente por haberse celebrado el 7 de agosto de 1934, tal y como indica una placa conmemorativa, una Junta de Gobierno de la Generalitat bajo el gran pino.
El pino centenario

Desde esta terraza se pueden admirar espléndidas vistas a las calas de Santa Cristina, a la izquierda, y Treumal, a la derecha, calas que no dudamos en visitar.
Cala Treumal

Anestesiados nuestros sentidos por la belleza del lugar, abandonamos las calas, de nuevo nos adentramos un poco en el interior y llegamos a Jardí Botànic Pinya de Rosa.
Hoy el día se presta para gozar de los paisajes, del sol, charlar y divertirnos.
Estamos siguiendo una ancha pista forestal que nos lleva por el interior. Los altos acantilados y una gran urbanización (que no sé yo hasta qué punto es legal cortar los Caminos de Ronda), nos cierran el paso y tenemos que cruzar toda la urbanización para llegar a Blanes.
Gran luminosidad, vivo contraste de colores y las aguas embravecidas,
haciendo honor  a la Costa Brava.

Varios tramos de escaleras hacen de atajos, cortan las largas calles que serpentean por la montaña y nos ahorran mucho tramo de asfalto.
La última calle de esta urbanización nos lleva de nuevo al mar, a la Cala de Sant Francesc.
Llegamos a la Cala Bona(Cala Sant Francesc), y seguimos ahora por camino ascendente, hasta la preciosa Ermita de Sant Francesc.

Ermita de Sant Francesc

Estamos ya casi en puertas de Blanes. Caminamos por zona urbana.
Pasamos por delante de los jardines Mar i Murtra, siguiendo la carretera, llegamos casi a tocar del Convento y nos detenemos unos momentos para disfrutar de una estupenda vista del pueblo y el puerto.
Ya sólo nos falta acabar de seguir la carretera hasta el paseo marítimo y daremos por finalizada la caminata de hoy.
El camino se nos ha hecho corto.
Charlando, bromeando y admirando las maravillas que se iban mostrando ante nuestros ojos, casi sin darnos cuenta hemos llegado a Blanes.
Panorámica de Blanes

Blanes, primer pueblo de la provincia de Girona, es el punto final de la Costa Brava en su extremo sur.
Un gran promontorio rocoso, Sa Palomera, separado de la playa por un pequeño istmo, en el que un gran arco hace de simbólico portal de inicio de la Costa Brava.
Hoy ha sido un día muy especial, cargado de simbolismos.
Por mi parte, haber concluido el recorrido a pie por toda la Costa Brava, desde Portbou hasta Blanes.
Por parte de todos, cruzar la simbólica puerta que separa: las dos costas, la Costa Brava de la Costa Central.
También las encrespadas y espumosas olas mostrándonos el lado más salvaje de esta costa, haciendo honor a su nombre. Un día radiante, que nos ha obsequiado con un maravilloso contraste de colores...
Por todo ello, hoy hemos decidido hacer una excepción y hemos sustituido los clásicos bocadillos por una apetitosa paella.
Un final especial para un día muy especial.

Son esos pequeños momentos, los que me hacen sentir llena de vida.
Descubrir y aprender a disfrutar de la belleza que nos rodea. Unos buenos amigos con los que reír, charlar y divertirnos. Sensaciones y emociones que embriagan el alma....
Tan hermoso y tan cerca.... Se puede pedir algo más??
Hasta la próxima!

sábado, 9 de noviembre de 2013

FAGEDA DE LA GREVOLOSA 1 de noviembre de 2013

Día 1 de noviembre de 2013

Fotos de:
Francisco, Antonio, Óliver, Inés, Ana y yo misma

Hoy decido salir de mi entorno en el Baix Empordà y conocer otra zona de Catalunya.
Siguiendo el consejo de unos amigos y por las fechas en que estamos, hemos decidido visitar la Fageda de la Grevolosa, en término municipal de Sant Pere de Torelló, cerca de Vic.

Un relajante paseo por la Grevolosa.
Se trata de un hayedo con más de 300 años de vida, donde podemos encontrar árboles de más de 1 m. de diámetro casi 40 m. de altura, un rico sotobosque, gran variedad de especies animales y un entorno encantador.
Un día precioso, aunque ya un poco fresco por la zona donde nos encontramos(pre-pirineo), unos paisajes maravillosos, y la mejor compañía: mis cuatro hijos y uno de mis yernos.
Empezamos saliendo de Vic dirección Ripoll por la C-17.
En Manlleu nos desviamos y cogemos la C-37 dirección Olot.
Salimos en Sant Andreu de la Vola. A los pocos metros de esta salida, a mano izquierda, hay una gran masía que es un restaurante, "Can Piguellem". Entramos y aparcamos ahí el coche.

Can Piguellem, el restaurante donde podremos
aparcar cómodamente el coche.
Salimos del aparcamiento hacia la carretera y, frente la masía, un poco a la derecha, empieza una pista asfaltada en pendiente ascendente con un cartel que anuncia "camí de Cabrera". Este es el inicio de la ruta.
Este es el inicio de la ruta.

Seguimos la pista foresta que alterna tramos de tierra con tramos asfaltados. Vemos que gran parte del trazado de esta pista forestal está vallado. Es por los rebaños de vacas y caballos que pacen sueltos. Lo que no sé es si está vallado para que no salgan los animales o para evitar que otro tipo de "animales" invada esos pastos... Jejeje...
Vacas por todas partes...

Seguimos avanzando y cruzamos cinco veces la riera del Fornés.

La riera de Fornés, que cruzaremos hasta
cinco veces.

. El paisaje es encantador. La zona está poblada de gran cantidad de robles que, en estas fechas, están perdiendo sus hojas y los montes están cubiertos por una preciosa capa de hojas rojizas.
Una mullida alfombra de hojas rojizas cubría
gran parte de los montes y caminos.

Los contrastes de las diferentes tonalidades de los árboles según su especie, los verdes prados, las rocas de las montañas que se recortan a lo lejos y el azul del cielo de un día radiante, nos ofrecen un espectáculo de colores excepcional.
Llegamos a un cruce. Aquí es donde empieza la ruta circular. Tanto si vamos en una dirección como si vamos en otra, al final volveremos a este mismo punto.
Punto de inicio de la ruta circular.

Nosotros tomamos el camino de la derecha. La ascensión por este lado es mucho más suave ya que se realiza por pista forestal en buen estado y, por un problema "técnico", una lesión por caída de moto de la que escribe, preferimos que sea el descenso la parte más abrupta y por empinados senderos.
Seguimos la pista de la derecha y llegamos al Mas Güell. Es una gran masía, rodeada de prados y con un buen número de caballos pastando dentro de un cercado.
El Más Güell

Caballos pastando dentro de la finca.

Un poco más adelante encontramos otro cruce. En este caso seguimos el camino que va hacia la izquierda, hacia la collada de Bracons.
Nuevo cruce. A la izquierda, hacia la
collada de Bracons.

Empezamos a ascender por un precioso sendero, rodeados de grandes robles y con el suelo cubierto por una mullida alfombra roja por la gran cantidad de hojas caídas.
A medio camino hacemos un alto para reponer fuerzas.
Reponiendo fuerzas.

A medida que ascendemos podemos contemplar excelentes vistas y no desaprovechamos la ocasión para hacer un montón de fotos. Ya empezamos a parecer japoneses... jejeje...
Casi sin darnos cuenta dejamos de ver robles y nos vemos rodeados de grandes hayas. Nos estamos adentrando en el corazón de la Fageda de la Grevolosa.
Impresionante.
Impresionantes árboles.

Casi no llegamos a ver donde acaban.


Majestuosos árboles de tronco blanco, algunos de ellos tan altos que, vemos donde empiezan, pero es difícil saber donde acaban. Tres de esos enormes y viejos árboles han sido declarados "Árbol Monumental". Y os aseguro que se merece tal calificación.
También vemos que se han colocado gran número de cajas de madera colgando de los árboles, para que aniden algunas de las muchas especies de aves.
Incluso se ha construido una réplica de una de las muchas carboneras que antaño servían para aprovechar la gran cantidad de leña que produce el bosque.
Carbonera. Sólo falta prender fuego...

Poco a poco vamos saliendo del hayedo y volvemos a estar rodeados de robles y gran cantidad de matorral, sobretodo inmensos arbustos de bojes.
De pronto el camino da un brusco giro a la izquierda y empezamos a descender rápidamente.
Entre robles, bojes y avellanos, llegamos a Sant Nazari, una antigua ermita restaurada y en la que se ha instalado una pequeña zona de pic-nic, con un par de mesas y bancos.
Fachada de Sant Nazari

Hermita de Sant Nazari

Allí paramos a comer, que nuestros cuerpos no viven del aire...
Con las pilas cargadas, seguimos con el descenso. En algunos tramos la pendiente es tan pronunciada que se han adecuado escalones con travesaños de madera para hacerlos un poco más asequibles.
Empinado sendero con escalones de madera.

Y entre risas, foto-foto y el placer de descubrir rincones de sorprendente belleza a cada paso, llegamos al cruce en el que habíamos empezado la ruta circular.
El día se acaba y toca volver a casa.

Volvemos a pasar por el Mas Güell, cruzamos la riera del Fornés 5 veces, admiramos las grandes vacas que nos miran con cara de pocos amigos y que parecen estar por todas partes, y llegamos al punto de partida, a la carretera y al restaurante "Can Piguellem".
Ahora sólo queda regresar a casa.
Pero no volvemos solos. El recuerdo de todo lo visto y las sensaciones vividas nos acompañan durante todo el viaje.
Y el recuerdo de un día inolvidable perdurará durante mucho tiempo en nuestros corazones.