Los osados aventureros: Caminant per Catalunya y Trotacamins de Martorelles (Y de Cànoves y St Antoni de Calonge)
Recorrido: Unos 14 km. con un desnivel acumulado de cerca de 450 metros.
Esta es una ruta que me atrevo a catalogar como fácil. Su desnivel acumulado no es excesivo (unos 450 metros), está muy bien señalizada con marcas amarillas y blancas de PR y los senderos fáciles de caminar.
Es una circular que se inicia en la población deVallcebre, en el Berguedà.
Frente a la iglesia de este diminuto pueblo encontramos los primeros indicadores y empezamos la ruta.
Iglesia de Vallcebre |
Empezamos en suave ascenso, cruzamos algunos torrentes, como el del Purgatori, que forma bonitos saltos de agua, pasamos por cruces de caminos muy bién indicados, como la Creu del Culell, y llegamos a la ermita de Santa Magdalena, situada en pleno bosque.
Santa Magdalena |
Seguimos adelante, por preciosos senderos a través del bosque, hasta llegar al borde de los imponentes riscos, al grau de la Mola.
Un grau es un paso entre los riscos que comunica esas planas superiores con el territorio de abajo. Casi siempre son pasos en fuerte o muy fuerte desnivel (son canales entre la roca), y en los que en ocasiones hay que ayudarse de las manos para subir o bajar por ellos.
Las vistas desde el grau de la Mola son espectaculares. Lástima que a primera hora de la mañana el tiempo no acompaña y las nubes impiden la visión de gran parte de estas vistas.
Las vistas un poco enturbiadas por las nubes |
Las previsiones del tiempo apuntan a posibles chubascos a partir de medio día y decidimos apresurar un poco, por lo que hacemos la parada para reponer fuerzas en este mismo lugar, con unas preciosas vistas de la Serra d'Ensija y el Rasos de Peguera. En un día claro podríamos ver La Mola y el Montseny....
Imponentes riscos, cerca del grau de la Mola |
Este es el punto más elevado de nuestro recorrido.
A partir de aquí reseguiremos los altos riscos en muy suave descenso, encontrando a nuestro paso varios graus (pasos) como el del Sastre, la Canaleta, els Boigs, el de Jou.... y muchos más.
Las espectaculares vistas nos acompañan durante todo el trayecto.
Empezamos a ver el pantano de La Baells |
A media mañana se levantan las nubes y a medida que rodeamos la cinglera podemos admirar el pantano de La Baells al fondo, y els cingles de Malanyeu, Sant Julià de Cerdanyola y el Catllaràs, frente a nosotros. También disfrutamos de encantadores miradores sobre algunos de los altos riscos, muchos de ellos no aptos para cardíacos. Asomados a estos miradores es como tener el mundo a nuestros pies... una maravilla.
Impresionante belleza... |
Pasamos por la granja de Cal Menut, que aun se mantiene activa y seguimos avanzando, ahora con una clara amenaza de lluvia pisándonos los talones, por lo que aligeramos un poco más el paso.
Seguimos rodeando los altos muros de piedra y a la altura del grau de Sant Climent tenemos una espectacular vista del Cadí y del Pedraforca.
Su majestad, el Pedraforca... Genial!! |
Las nubes se han levantado y nos permiten unas vistas de ensueño.
A partir de este punto iniciamos un descenso en moderada pendiente, pasando por otra granja también activa, Cal Felip del Roc, hasta la Foradada, justo a tocar de la carretera de Gósol.
En este punto cruzamos el río Vellcebre por un puente, desde el que podemos disfrutar de los saltos y pozas que forma este río en este punto.
La Foradada |
Y ahora toca un poco de subida. Dicen que todo lo que baja ha de subir.... Y ahora debemos remontar la bajada que hemos hecho hasta La Foradada.
Pero tampoco es nada del otro mundo. Además, a medida que vamos ascendiendo se muestran ante nuestros ojos espléndidas vistas que hacen que el esfuerzo valga la pena.
El punto culminante es el mirador del Cap Deig, desde el que gozamos de una espectacular vista de la zona que acabamos de recorrer y un inacabable mar de sierras, macizos, cingleres, valles....
Desde Cap Deig |
Ya sólo nos queda recorrer el último tramo de la ruta hasta llegar de nuevo a Vallcebre.
Por pista forestal, en suave descenso, atravesando la barriada de la Barceloneta, en pocos llegamos al pueblo.
Al final, a pesar de las amenazadoras nubes que en algunos momentos se cernían sobre nuestras cabezas, el tiempo nos ha permitido acabar sin mayores contratiempos que un poco de falta de visibilidad en algunos puntos.
Una ruta magnífica.
Hemos disfrutado de grandes contrastes de vegetación, rincones de gran belleza y unas vistas excepcionales.
Todo ello aliñado con una buena amistad.
Se puede pedir algo más?
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