Recorrido: unos 13 km.
Caminantes: Miembros de Trotacamins de Martorelles, del Caminant per Catalunya, y yo misma.
Desde la población de Centelles, por una estrecha carretera nos dirigimos al punto de partida de la ruta de hoy: pueblo de Castellcir.
El día amanece nublado, y una espesa niebla parece que nos va a fastidiar un poco las vistas...
Dejamos los coches en la plaça de l'Abad Escarré y ahí mismo iniciamos la ruta, por pista forestal.
La pista desciende en suave pendiente, siguiendo el curso del Torrent del Rossinyol, y a poco más de un kilómetro nos encontramos con el Torrent d'Esplugues.
Nos adentramos en el bosque por un sendero apenas visible que parte de nuestra izquierda y remontamos el curso de este torrente unos metros, hasta llegar a una balma. La gracia y la belleza de este paraje radica que el Torrent d'Esplugues se desploma desde lo alto de la balma formando un salto de agua de gran belleza. Y hoy, gracias a las abundantes lluvias de los últimos días, es espectacular.
La balma y el salto de agua, en el Torrent d'Esplugues |
Retrocedemos el sendero y volvemos a la pista, en dirección a la iglesia de Sant Andreu de Castellcir.
Ahora, en medio kilómetro más, llegamos a la Palanca de la Riera de Castellcir, donde hay una pequeña esclusa que forma un salto de agua y un puente de madera.
Palanca de la Riera de Castellcir |
Un poco más adelante está la Bassa de Ca l'Antoja y ya a pocos metros la iglesia de Sant Andreu de Castellcir.
Bassa de Ca l'Antoja |
Sobre el origen y el emplazamiento de esta iglesia hay diversas hipótesis, así como una leyenda que explica que fue construida por el señor de Castellcir, expresamente en un punto no visible desde el castillo, puesto que se comenta que este señor asesinó al cura en un momento de locura...
Iglesia de Sant Andreu de Castellcir |
Visitada esta iglesia, retrocedemos hasta el puente y ahora lo dejamos a nuestra izquierda, para seguir la pista durante unos cuatro kilómetros.
Pasamos junto a unos grandes prados y, al fondo entre los árboles, entrevemos los restos de la Torrassa dels Moros. Se trata de una torre circular, en ruinas, y a la que tampoco le faltan historias y leyendas de toda clase. La más conocida es la de que esta torre y el castillo se comunicaban por un pasadizo subterráneo. La gente, llena de curiosid, se adentraba en ese pasadizo, pero el fuerte viento que por él circulaba les apagaba las antorchas y no podían seguir adelante. Pasaron muchos años y al final los payeses tapiaron su entrada, puesto que se perdían muchos cerdos y obejas.
La leyenda dice que en la Torrassa hay un cordero de oro enterrado, aunque por descontado que nunca ha sido encontrado...
A partir de ahí, seguimos hasta encontrar un sendero que se adentra en el Bosc del Serrat del Castell, en fuerte pendiente ascendente, hasta llegar a los pies del castillo. Ya sólo queda un corto tramo de escaleras y entramos en el castillo.
Ya casi estamos en el castillo.... |
A pesar de que está en ruinas, comprobamos que se trata de una estructura muy grande, en la que se perciben diversas dependencias e incluso una capilla, dedicada a Sant Martí de la Roca.
El castillo y las edificaciones anexas ocupan un área de 570 m2, repartidos en una fortaleza de planta y dos pisos y data de principios del siglo XI.
Todo el castillo está edificado sobre la piedra, sin cimientos, y se encuentra en avanzado estado de degradación.
Interior de lo poco que queda en pie. |
Al castillo de Castellcir también se le conoce como Castillo de la Popa, por la forma de popa de barco que tiene la roca sobre la que se asienta.
Dedicamos un buen rato a visitar y escudriñar todos los rincones del castillo y nos disponemos a recuperar energías con la comida.
Nuestros cuerpos necesitan alimentarse bien.... |
Mientras comemos, vemos que la niebla se está disipando y que da paso a una soleada tarde. Antes de abandonar el castillo podemos disfrutar de espléndidas vistas a todo nuestro alrededor.
Descendemos un tramo en fuerte pendiente hasta situarnos justo debajo de la monumental roca sobre la que está el castillo. Visto el conjunto desde ahí abajo observamos la curiosa forma del conjunto: se asemeja claramente a la popa de un gran barco.
Por su forma viene el sobrenombre de Castell de Popa |
Dejamos el lugar y nos dirigimos al coll de Sauva Negra y nos adentramos en un precioso hayedo.
Este hayedo, de apenas 110 hectáreas, es un espacio protegido a caballo entre el Moianés y Osona, y acoge una gran variedad de especies; hayas, robles, pinos, avellanos y un rico sotobosque, que ofrecen un entorno encantador.
Empezamos a descender por un sendero, hasta llegar a la Font de Castellcir, fuente de agua ferruginosa.
La Font de Castellcir. |
Tras una breva parada para disfrutar del entorno seguimos en fuerte descenso, por un sendero tapizado de hojas rojas ( en algunos tramos un poco resbaladizas ), hasta llegar a una pista forestal.
Seguimos esta pista forestal y llegamos a la Casanova del Castell, una gran masía documentada desde 1666 y que fue utilizada como casa de colonias por la parroquia de Sant Esteve de Castellar del Valles. Pero la falta de agua hizo que se dejara de utilizar y en la actualidad está abandonada.
Casanova del Castell. |
Ahora giramos a la izquierda y en pocos metros, tras pasar por una de esas puertas para ganado, encontramos un pou de glaç (pozo de hielo ), el Pou Cavallers. Su estado de abandono ha hecho que la maleza haya crecido en su interior y sólo se conserven de él parte de las paredes.
Un poco más adelante nos topamos con el torrente de Castellcir, que tenemos que cruzar por el Pas de la Tuna.
Baja muy crecido por las abundantes lluvias que han caído en los últimos días y no hay más remedio que saltar como podemos por encima de algunas rocas ( con más o menos arte y equilibrio), e incluso mojarnos los pies.
Haciendo equilibrios con mucha gracia.... |
A partir de aquí sólo hay que seguir la pista que nos lleva de regreso a Castellcir.
En esta pista tendremos unas preciosas vistas del castillo y pasaremos de nuevo cerca de la Torrassa del Moro, punto desde el que tendremos una bonita imagen de las ruinas de esta torre emergiendo entre las copas de los árboles con el castillo al fondo, sobre la roca.
La Torrassa del Moro a la derecha. Al fondo, a la izquierda, el castillo. |
Llegamos a un cruce donde encontramos el camino por el que habíamos venido al inicio de la ruta y deshacemos el escaso km que nos falta hasta llegar a los coches.
Remate final de la ruta de hoy...... |
Una ruta fantástica.
Una buena mezcla de historia, leyendas, vistas espectaculares y un hayedo de gran belleza.
Muy recomendable, incluso con niños. Es sencilla, muy gratificante y no ofrece grandes dificultades.
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