Presentación del blog

¡Saludos a tod@s!

Como su mismo nombre indica, este blog está destinado a recoger, paso a paso, todas mis salida, excursiones, rutas y viajes. Siempre a pié. Pequeñas escapadas, visitas a pueblos, rutas cortas, largos recorridos... Pero siempre a pie.

Mi idea es dar a conocer y compartir con todos mis lectores esos maravillosos rincones que muchos desconocemos y pasamos por alto, cuando están ahí, muy cerca de nosotros. O no tan cerca...


domingo, 13 de enero de 2013

PALAMÓS - RUTA POR BELL-LLOC

La Ermita del Bell-lloc

Hoy tenía prevista la ruta Vall-llobrega - Puigcargol - Palamós - Vall-llobrega. Pero unas nubes muy negras y amenazadoras me han hecho dar media vuelta y modificar la ruta.
No me gusta caminar bajo el agua. Ya me pilló una fuerte tormenta en Campdevànol, en els Gorgs del Torrent de la Cabana, y prefiero no repetir la experiencia.
Me he decidido por hacer un tour por la zona del Bell-lloc.
He iniciado la ruta en Vall-llobrega, frente a la Iglesia, a las 9 de la mañana.
He tomado la carretera que va al Raval de Dalt y, pasado el Pont de la Creu, en el cruce de cuatro caminos, he girado a la izquierda, en dirección a Palamós por la fábrica Hutchinson.
Una parte de lo que queda de
Castillo de Vilarromá.

A partir de esta fábrica, por la pista forestal que va a Calonge, hasta el primer cruce, donde he cogido la opción Castell de Vilarromà que gira a la derecha.
Cuando he llegado al Castell de Vilarromà, o lo que queda de él, el cielo ya estaba muy amenazador.
 He avanzado un poco más por la pista forestal, pero en el primer desvío ya lo he dejado correr y me he desviado hacia la Font del Bell-lloc y la Ermita de Santa María del Bell-lloc, y ya para abajo.
He tardado hora y media en hacer el recorrido(unos 6'5 km)
Es una preciosa ruta que transcurre por el interior del bosque, a ratos por pista forestal ancha y plana (hasta el castillo de Vilarromá), y a ratos por estrechos senderos que parecen fundirse con el bosque de la zona (desde el castillo hasta la Ermita del Bell-lloc) y de nuevo la pista forestal hasta el final. Podremos contemplar restos y vestigios de épocas lejanas, como el castillo, un molino de agua, un antiguo horno para cocer cerámica, la ermita... y varias masías, fuentes( algunas sin agua), zonas de cultivo, la riera, gran variedad de fauna y flora autóctona...
En fin, que no era esto lo que había planeado, pero altamente satisfactorio, de todas maneras...
Espero en breve realizar la ruta del Puigcargol.
Si alguien se apunta... ¡¡Ánimo y a caminar!!!!
Algunos de los senderos parecen
fundirse con el bosque...
Un antiguo molino de agua, ahora seco....

sábado, 12 de enero de 2013

VIAJE A PERÚ

Excepcional vista del magestuoso Machu Pichu


Viajé a Perú en octubre de 2008. Fueron las dos semanas más maravillosas de mi vida, porque Perú no era un destino cualquiera. Era aquel punto del planeta que durante toda mi vida había soñado con visitar, una fantasía siempre aplazada para el futuro, pero que a medida que pasaban los años ya había dado por perdida.
 Pero... Se presentó la oportunidad, y no la dejé escapar.
Perú. Aquel país lejano, cuna de antiguas y misteriosas culturas llenas de enigmas indescifrables, generador de tantas y tantas historias y leyendas e inspirador de incontable cantidad de libros que, desde muy pequeña, había leído con avidez.
La idea de poder ver, tocar y juzgar por mí misma todos aquellos monumentos, restos arqueológicos y otros lugares que hasta ahora me había tenido que conformar con hacerlo a través de los ojos y vivencias de otros, me parecía un sueño.
Un sueño que se hizo realidad y que cambió mi vida para siempre.
Estuve en Lima, Paracas, sobrevolé las Líneas de Nazca, Cuzco, Sacsayhamán, Ollantaitambo, Machu Pichu, el Valle Sagrado, el lago Titicaca...
Construcciones megalíticas de tamaño desproporcionado...
Es cierto que visité muchos sitios, pero también son muchísimos los rincones a los que mi limitado tiempo me impidió llegar. Por eso, cuando alcé el vuelo ya de retorno a España, me prometí a mí misma que debía volver. ¿Cuando? Eso no lo sé. Pero volveré. Una parte de mi corazón y mi espíritu se quedaron en aquel país, y un día u otro tendré que volver a recogerlos...
En próximas entradas os iré explicando cómo fue este viaje, los lugares que recorrí y las aventuras y las peripecias por las que pasé durante mi estancia en este país.
También intentaré aportar datos prácticos, consejos ideas e impresiones.

Para empezar os hablaré del clima.
Perú es un país muy grande y posee gran cantidad de climas diferentes, según la zona, la altura o la época del año. En general, en la costa hay un clima subtropical árido y con muy poca precipitación; a lo largo de los Andes y su altiplano, de pueden disfrutar dos estaciones, una de lluvias en verano y una seca en invierno; y un clima caliente, húmedo y con abundantes lluvias en la zona amazónica.
Y... ¿Cual es la mejor época para visitar Perú? Pues eso dependerá un poco de los puntos que deseéis visitar. Para la zona andina los mejores meses son de julio a septiembre, que coincide con la época seca. Para la costa entre diciembre y marzo, puesto que el resto del año suele estar cubierta por una espesa capa de fría niebla que quita mucha visibilidad y desfavorece actividades como el sobrevuelo de las Líneas de Nazca.
Yo fuí el mes de octubre, y disfruté de un tiempo excelente durante toda mi estancia.

Este "bichejo" es un guanaco
Otra cosa a tener en cuenta: el mio fue uno de esos viajes organizados por una agencia que se cuidan de todos los detalles. Pero el próximo será muy diferente. Cuando vuelva allí, lo haré con una mochila, ligera de equipaje y sin nada organizado. Allá no hay problemas de entendimiento, la gente es muy amable y complaciente, y no es nada difícil que cualquier taxista te proporcione información sobre donde alojarte. Incluso existe la posibilidad de convivir con alguna familia  con lo que se puede disfrutar intensamente de experiencias únicas.

Son muchas las cosas que me quedaron por ver, muchos los sitios por visitar, y un sueño por cumplir: recorrer andando el "Camino del Inca", por el que se accede a Machu Pichu desde el Valle Sagrado.
Así pues, a la espera de volver y hacer realidad mis sueños, este es mi primer viaje a Perú.

domingo, 6 de enero de 2013

VALL-LLOBREGA


El Raval de Dalt, una pintoresca calle de Vall-llobrega

Vista parcial de las casas de más reciente construcción
con una de las urbanizaciones al fondo.

Fantástica vista desde el Montagut.  En el centro del margen
izquierdo, Vall-llobrega. Al fondo Palamós.

Para que quede constáncia de que he llegado a esta cima---

.
Vall-llobrega es una pequeña pero encantadora población del Baix Empordà, entre Palafrugell y Palamós.
Su población es de unos 900 habitantes, pero en 1980 era de apenas 200 almas. Gracias al gran boom inmobiliario de los últimos años, lo que antes no eran más que unas pocas masías diseminadas por aquí y por allá, fue urbanizado y se convirtió en un auténtico pueblo.
Para llegar a Vall-llobrega, tomaremos la salida 328 de la autovía C-31 y seguiremos las indicaciones. No hay pérdida.


Aunque es un pueblo muy pequeño, su término municipal alberga rincones que son auténticos tesoros.Uno de ellos es la Iglesia Antigua de San Mateo, ahora en estado ruinoso. Sólo se mantienen en pie las paredes exteriores, falta todo el techo.
Hay una antigua leyenda que explica de qué manera se salvaron los habitantes de Vall-llobrega del derrumbe del techo.
Se dice que, estando el cura y todos los feligreses reunidos en el interior de la Iglesia, a punto de celebrar la Santa Misa, un niño advirtió de la presencia de una cabra blanca en el exterior y que balaba sin parar. 
Todos salieron a fuera a ver a aquel animal, que inmediatamente salió corriendo. En aquel preciso instante, cuando no quedaba nadie en el interior de la Iglesia, el techo se vino abajo, cayendo a plomo sobre la nave central.
A pesar de ser una fantasiosa leyenda, se dice que tiene su trasfondo de verdad.
Esta es la Iglesia Antigua, bueno, lo que queda de ella.
A partir de aquel día, el pueblo se trasladó a una zona más baja, donde se levantó la Nueva Iglesia de San Mateo.

Hoy he visitado lo que queda de aquella antigua iglesia románica y sus alrededores. La verdad es que era un sitio ideal para vivir, ocultos de los saqueadores de la época, al abrigo de las montañas. Y el recorrido, apenas una hora entre subir y bajar desde el centro del pueblo, es muy gratificante.
He iniciado la ruta en la Plaza del Ayuntamiento, por la carretera que sube hasta el Raval de Dalt, un alejado grupo de casas que forman una pintoresca calle. A partir de este punto, se acaba el asfalto y sigue una pista foresta en muy buen estado.
Seguimos andando y un poco más arriba encontramos una bifurcación. Hay que seguir por el camino de la derecha, el que se adentra en el bosque. Y a partir de ahí, unos 10 minutos y habremos llegado. Allí no podremos hacer fuego, pero sí hacer un pic-nic a base de bocatas.
Hay una fuente con agua potable
Unas fotos, un descanso, y hacia abajo de nuevo.

También he ascendido hasta la cima del Montagut, la montaña más alta del municipio, con sus 265 m. y he podido ver su famoso dolmen.
Cuando estemos llegando otra vez al pueblo, encontraremos un cruce de cuatro caminos, cogemos el de la derecha, y a los 50 m giramos de nuevo a la derecha y seguimos ahora por pista forestal hasta la cima del Montagut. No es nua montaña muy alta, 265 m, pero es muy empinada y subir a su cima es un excelente ejercicio para fortalecer piernas y el corazón. Desde allí podremos disfrutar de unas vistas espectaculares. El tiempo empleado es de una hora aproximadamente entre subir y bajar.

Y para terminar, he ido a echar un vistazo al Olivo Milenario. Nadie conoce su edad exacta, pero hay quien afirma que puede llegar a casi los 2.000 años y que podría haber sido sembrado por los romanos cuando ocuparon estas tierras.
Es un árbol excepcional, su tronco mide más de 7 metros de diámetro, y lo que le destaca de los demás viejos olivos viejos, es que es totalmente macizo. Esto queda cerca del pueblo y no os llevará más de media hora. Una mañana bien entretenida con una fantástica ruta que me ha permitido gozar de la naturaleza salvaje de las Gabarras, y ejercitar mis piernas subiendo y bajando montañas...

Otra ruta que os recomiendo a tod@s. Así que... ¡Ánimo y a caminar!!







SANT ANTONI DE CALONGE

Un día cualquiera de invierno a media tarde. Un sol precioso, muy bajo, pero que invita a pasear.

Una preciosa vita del paseo, desierto en invierno.
Sant Antoni de Calonge es un pequeño y tranquilo pueblo de la Costa Brava, en la comarca del Baix Empordá, entre Palamós y Platja d'Aro. Tiene unos 2.500 habitantes.
Es un pueblo nacido a partir de las casas de los pescadores de Calonge en las que guardaban las barcas y los utensilios de pesca. Hoy en día se ha desarrollado gracias al turismo. De todas formas se ha mantenido mucho más tranquilo que los bulliciosos municipios de Lloret de Mar, Platja d'Aro, Empuriabrava o Palamós.
Sant Antoni de Calonge, Girona
Como se puede ver, es un pueblo muy pequeño.
El pueblo consta de tres o cuatro calles principales paralelas al mar. El turismo que se aloja en este pueblo lo constituyen mayoritariamente familias con hijos jóvenes que se alojan en campings y apartamentos. Los más fiestorros tienen Palamós o Platja d'Aro a un euro en bus cada hora(también por la noche). Ello hace que los amante de la paz y la tranquilidad puedan disfrutar de su calma y su belleza si agobios.

La riera que baja de Calonge. Antes de ser canalizada, sus orillas estaban llenas de patos de todos los  tamaños y colores. Ahora no queda ni uno(con la crisis, igual se los han comido, je, je, je...) Ahora sólo las gaviotas se posan en sus aguas.
Este puente, para atravesar la riera, es conocido coloquialmente como "el San Paquito", porque  tiene un lijero parecido al de San Francisco, pero en pequeño.


A mi me gusta su largo y bien cuidado paseo marítimo, que enlaza con Palamós y en pocos minutos podemos ir de un pueblo a otro sin darnos cuenta. En invierno es una delicia por su tranquilidad. Y en verano... Bueno, en verano está bastante más concurrido, pero es toda una atracción sentarse en un banco de este paseo y observar a la gente.
La zona peatonal no es muy ancha, unos tres metros, y en ella circulan gente paseando, corriendo, en bicicleta, patinando, con perros, niños jugando, algunas personas en sillas de ruedas... Todos a la vez, en ambas direcciones, ¡y sin que nadie se choque! Es todo un espectáculo.
Animo a quien pase por esta zona de la Costa Brava se asome un rato a Sant Antoni de Calonge y disfrute de su tranquilidad en invierno y sus maravillosas playas de tranquilas aguas en verano. Animo también a todos aquellos que decidan dar una vuelta por este precioso pueblo, para que no se pierdan el Camino de Ronda Sant Antoni de Calonge - Platja d'Aro. Es una auténtica maravilla. Próximamente crearé un post con información y fotos de esta ruta.
Ánimo, y... ¡A caminar!

Las olas besando dulcemente la arena, las barcas de los pescadores y Palamós al fondo

En verano se agradece la sombra de estas palmeras para descansar del sol.